INGREDIENTES DE LA ANIMACIÓN
VOCACIONAL SA-FA
INGREDIENTES
DE ANIMAÇÃO VOCACIONAL SA-FA
INGREDIENTS OF SA-FA VOCATIONAL ANIMATION
LES
INGRÉDIENTS DE LA ANIMATION VOCATIONNELLE SA-FA
2.
Responsabilidad de ser fecundos.
La
segunda convicción es la importancia de esta tarea para el futuro del Instituto
y al mismo tiempo la inquietud por ser fecundos, es decir, por tener
“descendencia”. Dios llama, pero nosotros tenemos la responsabilidad de poner
los medios para que esa llamada se canalice y cristalice. La cooperación con la
gracia es irrenunciable.
El Papa
Francisco señala este aspecto de fecundidad en su Exhortación Christus vivit: “Somos llamados por el Señor a participar en su obra creadora, prestando
nuestro aporte al bien común a partir
de las capacidades que recibimos. Porque nuestra vida en la tierra alcanza
su plenitud cuando
se convierte en ofrenda. Recuerdo
que «Yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo» (Evangelii Gaudium, 273). Por consiguiente, hay que pensar
que: toda pastoral
es vocacional, toda formación es vocacional y toda espiritualidad es vocacional”[1].
También nos recuerda
en Evangelii Gaudium unos principios válidos para el trabajo pastoral y que se
pueden aplicar a la misión de la animación vocacional:
- El tiempo es superior al espacio. Es importante iniciar procesos de acompañamiento y
discernimiento vocacional y esperar pacientemente sus frutos. Las actividades
que se realizan tienen más influencia en los candidatos que los espacios en
donde se realizan.
- La unidad prevalece sobre el conflicto. En la tarea vocacional,
como en cualquier otra realidad humana, surgen problemas de diferente tipo:
dudas, abandonos, incomprensiones, competencia... La sabiduría de la vida
enseña a hacerse cargo de los problemas tomando conciencia de que existen, sin
negarlos o rechazarlos sino más bien acogiéndolos. Esto permite ver en ellos
una oportunidad para crear comunión
desde las diferencias, para enriquecerse y crecer superándolos, teniendo en
cuenta la meta final: hacer germinar la semilla de la vocación.
- La realidad es más importante que la idea. Seguramente hemos
participado en cursos, encuentros o ponencias vocacionales, o hemos leído
libros, artículos o revistas de temática vocacional. Muchas veces todas esas
ideas parten de paradigmas ideológicos o idealistas que poco tienen que ver con
la realidad. Por ello después del calentón de cabeza inicial, uno empieza a
despertar del sueño y se va dando cuenta que no se sabe cómo aterrizarlos o
llevarlos a la práctica. La lógica cristiana de la encarnación nos invita a pensar
la pastoral vocacional con los pies tocando el suelo, a reflexionar y hacer
propuestas desde la cruda realidad que vivimos, sin huir de ella a paraísos que
sólo existen en la imaginación. Por ello es básico dar relieve a la experiencia vivida y las actitudes de
los agentes vocacionales.
- El todo es superior a la parte.
La rutina y las urgencias muchas veces nos hacen centrarnos excesivamente en lo
concreto, lo cual genera tensión y estrés. Necesitamos tiempos donde podamos
respirar, subir al monte de nuestra vida con Jesucristo y contemplar el plan de
Dios para con la animación vocacional que realizamos. Ensanchar la mirada para
reconocer lo esencial en la
articulación de los matices, nos debería llevar a estar satisfechos si en las
actividades se ha conseguido el objetivo (ser ocasión de llamada vocacional),
aunque no se hayan podido hacer todas las dinámicas como las habíamos planeado [2].
¿Quiero ser fecundo en mi
tarea como animador vocacional?
¿Qué importancia tienen en
mi hacer vocacional: los procesos, la comunión, la experiencia y lo esencial?
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