2022/11/08

Ingredientes de la animación vocacional Sa-Fa 18

Cómo trabajar por la vocación de los candidatos que acompañas.

El desarrollo vocacional es un aspecto especial del proceso de un individuo. Es un proceso dinámico que influye y es influenciado por el desarrollo social, intelectual, emocional y religioso de una persona. Además, toda vocación es un don de Dios y merece alcanzar su plenitud.



Elegir una vocación, ya sea de vida consagrada o el sacramento del matrimonio, es algo maravilloso, porque en ambos casos significan compromiso, donación y entrega a Dios, de forma total. Pero a medida que se alcanza la madurez, tras sucesivas etapas de construcción y reconstrucción, necesita acompañamiento, estímulo, orientación. Luchar por la vocación de un candidato es ofrecerle el acompañamiento necesario para ayudarlo a encontrar cuál es su verdadera vocación y a desarrollarla plenamente a su debido tiempo.

Es muy importante en la tarea del animador vocacional tener en cuenta que no es una fórmula o planificación fija y estática, como un reglamento, un estatuto o una receta, sino más bien un trabajo continuo de escucha, respeto, perseverancia, paciencia y acompañamiento.                                                 

Como animadores vocacionales siempre hay que estar comprometidos con el acompañamiento para que sea sano, constante y progresivo. Para ello primero hay que despertar el interés del candidato, sobre todo ver cómo es su relación con Dios y cuál es el atractivo del carisma que lo llama, para desde ahí buscar su vocación y lo que suscita Dios en él, luego invitarle a experimentar la vida en las comunidades o en las fraternidades nazarenas o simplemente en el camino de seguimiento de Jesús.


Un animador vocacional siempre debe estar atento a la vida del acompañado, interesarse por conocerlo, a él y a sus familias, demostrarle afecto y tratarlo con familiaridad para hacerlo sentir que es ante todo amado por Dios. El animador debe estar dispuesto a animar y acompañar de cerca al candidato, mostrándole que hay varias maneras de seguir a Jesús y que cada uno tiene que encontrar su propio camino, adaptando lo que se enseña a la forma de ser y vivir de cada uno con gestos de amor, caridad y escucha, tal como Dios actúa. El ánimo, el afecto, la paciencia, la oración, son elementos necesarios en el proceso porque una persona con vocación a la vida consagrada necesita la fuerza y la certeza de que no está sola.

Siempre hay que intentar ser creativos para acercarnos al candidato especialmente en sus momentos de dudas para saber apoyarlos o cuando deba tomar decisiones importantes, si éstas son tomadas con éxito en períodos tempranos facilitarán el desarrollo y el éxito de las tareas y decisiones posteriores. Es fundamental el apoyo que se le dé siempre, tener espacios de diálogo, explicarle que el proceso de discernimiento lleva tiempo y meditación, pero a su vez saber esperar los procesos que vaya transitando el candidato con paciencia y respeto.

Según los lugares donde se realice la animación y el acompañamiento debemos tener en cuenta: las diferencias generacionales con todo lo que ello implica, las ubicaciones geográficas que marcan distintas culturas, las diferentes condiciones sociales que determinan sus oportunidades de acceso a la educación, a los bienes materiales, las necesidades familiares. También es necesario conocer el carácter del candidato su madurez psicológica y espiritual para: descubrir su compromiso cristiano, hacer su elección con responsabilidad y conocer el verdadero sentido de su vocación.


Como animadores tenemos que ser capaces de vivir y orientar las acciones según ciertos valores humanos y cristianos, ser sensible a sus necesidades y sentimientos. Por eso son necesarias las entrevistas, reuniones, llamadas personales, charlas vocacionales, conversaciones desinteresadas, envío de materiales y acompañamiento en el uso y lectura de los mismos.

En el caso de ser un Hermano animador es muy importante el testimonio de vida que da al futuro candidato para demostrar que ser Hermano de la Sagrada Familia es algo bueno e importante para su vida. Primero debe ganar el corazón del candidato en la etapa inicial para motivarlo de manera amistosa y luego explicarle que, ante las necesidades de la gente en estos tiempos, Dios, el seguimiento de Jesús y nuestro carisma nazareno dan la fuerza necesaria para vivir en este mundo; y tratar al máximo de hacerle entender que la vocación religiosa y el seguimiento de Jesús es una oportunidad para su vida y que esas bendiciones llegan hasta su familia.

Podemos decir que la oración es fundamental siempre para tener fuerza y confianza en todas las acciones que se lleven adelante. Se debe perseverar en todo momento en la búsqueda de candidatos y luchar por despertar en ellos la vocación agotando todos los recursos necesarios hasta el final, seguir apostando por las personas interesadas o los posibles candidatos sin decaer, aunque pueda parecer en algún momento que no son ideales. Otro aspecto relevante a tener en cuenta es que los jóvenes necesitan referentes adultos que los inspiren, orienten y acompañen a convivir con Dios en sus vidas para mantenerlos motivados a vivir la santa vocación evangelizadora.

Como animadores vocacionales tenemos que aprovechar las riquezas y virtudes de nuestro carisma en la animación vocacional que nos enseña la fuerza de lo pequeño, de lo simple, de lo humilde siempre que la obra venga de Dios.

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